Había una vez un rey llamado Raimundo, que vivía en el reino Sotudo. Vivía con su mujer, sus tres hijas y sus tres hijos en un castillo muy grande. El castillo se situaba cerca de un río en el que había unos peces peculiares, los Blenios de río. Estos eran mágicos y hacía mucho tiempo que llegaron a un acuerdo con el rey que consistía en que ellos les daban poder a su bastón y el rey, a cambio, los protegía.

Un mal día, la reina Eustaquia murió de una terrible enfermedad. Hicieron un funeral muy grande al que asistió todo el reino, en la cascada del molino de San Pedro, muy cerca de donde vivían los Blenios.

La bruja Elvira, que vivía en una casa del bosque, se enteró de que la mujer del rey había muerto. Entendió, en ese momento, que era la oportunidad de robarle el bastón que tanto deseaba el rey Raimundo, haciendo que se enamorase de ella. Estuvo pensando mucho tiempo cómo tramar el plan y, entonces, se le ocurrió una terrorífica idea. Fue al reino Sotudo y, cuando el vendedor volvía a su casa, la bruja apareció

-Ven, ven- dijo la bruja

-¿Quién anda ahí?- preguntó el vendedor

Y entonces la bruja salió de la oscuridad y, antes de que el vendedor la hubiese visto, lo dejó inconsciente y lo teletransportó a su casa, donde hizo que se tomase una poción. Esa poción le obligaba a hacer todo lo que dijese la bruja, aunque no le gustase. A continuación, hechizó una de sus manzanas, para que el rey se enamorara de la bruja, y empezó a hacerse amiga del rey. Un día antes, sin embargo, la bruja le dijo al vendedor que se asegurase de que el rey se comiera la manzana hechizada .

A la mañana siguiente, el rey se hizo amigo de la bruja, que adoptó el aspecto y el nombre Clara. Estaba con Clara cuando apareció el vendedor, como todas las mañanas.

-Te traigo las manzanas, Raimundo- dijo Lucas el vendedor

-Muchas gracias, Lucas- dijo Raimundo.

Raimundo tenía mucha hambre, cogió la manzana hechizada, empezó a marearse y se desmayó.

Estuvo tres días durmiendo. Cuando se despertó, estaba tan enamorado de Clara que, a los dos días, se casaron. Y una noche, mientras dormían, Clara la bruja se levantó y se fue a la sala donde el rey guardaba el bastón y se fue corriendo con con el bastón, ya con su forma normal. Mientras estaba escapando, iba utilizando hechizos contra los guardias del palacio, entonces el rey se levantó y vio que su bastón no estaba en su sitio; también vio a la bruja con su bastón y, puesto que  supo que le había engañado, dio la alarma. Entonces, los blenios se elevaron del río y, como eran mágicos, lanzaron hechizos contra la bruja. Al cabo de una larga batalla, derrotaron a la bruja y la encarcelaron de por vida.