LA LLAVE PERDIDA

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Érase una vez unos reyes que vivían en un palacio perdido en las montañas, cerca de la Fuente de las Pilillas. Tenían de mascota a un azor, del cual el rey estaba muy encariñado.

Las Cubetas de las Pilillas eran su principal fuente de ingresos, por la producción de vino.

 

Al final del mes, la reina se encargaba de transportar todos los ingresos a una casa cerca del palacio. Un día, la reina se dirigía hacia allí por un pasillo que conectaba con el palacio.

 

Semanas antes, la bruja local y la criada, estaban planeando robar todas las riquezas reales. Su plan era secuestrar a la reina junto con la llave de la casa. Y así fue, cuando la reina de dirigía a la casa, la criada dejó pasar por una ventana a la bruja.

La secuestraron y la encerraron en aquella casa junto a todas sus riquezas, y la llave se la quedó la criada.

El rey ordenó a todos los guardias reales, que empezase la búsqueda de la reina por todos los pueblos cercanos; cuando, en verdad, se encontraba dentro del castillo.

Días después, el rey pensó que la única persona que se hallaba en el palacio era la criada; así que inmediatamente ordenó matarla.

La criada había enterrado la llave cerca de las cubetas y le dijo a la bruja dónde lo había hecho por si pasaba algo.

El rey se dio cuenta de que la reina estaba encerrada en aquella casa, y que la criada era la única que sabía dónde estaba la llave, y la bruja ya había desaparecido con parte del dinero.

 

La reina murió a las dos semanas al no tener comida, el rey murió de muerte natural.

Al final parte del palacio fue destruido por unos invasores.

La leyenda dice que la llave de la casa con el resto de las riquezas aún sigue enterrada cerca de Las Pilillas.