EL RESCATE DEL TEJÓN

En una mañana de 1936 un viajero llamado Cristian y su padre José Luis fueron a pescar a un paraje cerca del Cabriel. Todo iba bien hasta que de repente escucharon un disparo proveniente de las Hoces del Cabriel. Ellos fueron inmediatamente a ver qué sucedía.

Al llegar vieron que el cazador intentaba cazar tejones y ellos trataron de impedirlo. Al enfrentarse con el cazador; este, asustado, disparó al aire y accidentalmente le dio en la pierna a José Luis lo que le causó una herida. Mientras el cazador corría para huir se le cayó una mochila con sus objetos personales con los que decubrieron su nombre y el lugar donde vivía. Padre e hijo fueron a la Hoz de Vicente, cueva decorada con la pintura rupestre del chamán del Cabriel, donde residía el cazador llamado Antonio. Una vez llegaron vieron como enjaulaba un tejón. Entonces fueron a pedir ayuda a la comisaría más cercana. Al llegar a comisaría denunciaron el caso de un cazador que aparte de dispararle en la pierna a José Luis tenía un tejón encerrado en la Hoz de Vicente. La policía, al estar ocupada, le pidió a ellos que se ocupasen del caso del tejón y ellos aceptaron la prueba. Al llegar a la Hoz de Vicente, por segunda vez, buscaron la manera de superar esta prueba.

Al recordar que habían ido a pescar se dieron cuenta de que todavía llevaban la caña de pescar, y se les ocurrió utilizarla para enganchar el anzuelo en la jaula y cogerla. Cuando recuperaron la jaula rompieron la cerradura para conseguir sacar al tejón. Al llevar al tejón a comisaría les dieron de recompensa un viaje a Madagascar, llevaron al tejón a un refugio natural y metieron en prisión al malvado cazador.